lunes, 10 de agosto de 2009

EL VUELO QUE NO SE DETIENE




“Podrán cortar todas las flores,
Pero no podrán detener la primavera”.


El Centro de Voluntarios “Mami Adriana”, de San Pedro de Jujuy, sigue creando espacios de encuentro, de crecimiento, de creatividad y de vivencia de valores. En la última reunión de centro, se trabajó fundamentalmente sobre dos objetivos, la preparación de la visita al Hogar de Ancianos San José de la Ciénaga, el domingo 15 de agosto, para la celebración de la Pachamama, compartir un asado, y un tiempo para los juegos, el canto y el baile.
También se trabajo, a partir de la parábola “El vuelo de los gansos”, sobre las fortalezas y debilidades que se detectan, después de ocho meses de caminada, en el grupo, para seguir proyectando el Centro en los barrios y en la ciudad.
De la tarea realizada en los equipos, se destacaron como luces de la organización, la capacidad de compartida, la participación en las reuniones, el sentido celebrativo, las salidas, la operatividad para compartir los trabajos, el clima de alegría, y la responsabilidad, como sombras que se evidenciaron, la poco comunicación entre todos, la falta de un mayor compromiso, la puntualidad en las reuniones, cuesta delegar, y que algunos integrantes hablan muy poco.
Después de la presentación de cada uno de los grupos, partiendo de la enseñanza de la parábola se realizó un aporte integrador destacando las siguientes ideas fuerzas para seguir reforzando la comunidad, la gente que comparte un mismo objetivo y sentido de comunidad puede llegar donde van de manera más fácil y rápido, ya que al viajar unidos se van apoyando mutuamente, si nosotros asumimos la misma sabiduría del ganso, nos mantendremos en formación con aquellos que van en la misma dirección y estaremos dispuestos a aceptar su ayuda como también a darle la nuestra a los demás, la presencia de los otros encierra para nosotros y para los demás un gran riqueza, es necesario ir alternándose para realizar las labores más desgastadoras y compartir el liderazgo, todos nos tenemos que sentir corresponsables de la tarea a realizar, al igual que los gansos nosotros dependemos unos de los otros, la importancia de cuidar a los compañeros de camino, ver qué les pasa, cómo se sienten, qué necesitan, debemos asegurarnos que nuestros “graznidos” sean para alentar y no para desalentar, siempre podemos ir por más justicia y por más dignidad, por más respeto, y por más sueños, si tenemos tanto sentido como los gansos nos ayudaremos mutuamente en los tiempos difíciles y en aquellos de fortaleza, y esto es así porque desde el inicio fuimos capaces de poner en el centro de nuestros intereses al otro, al hermano, la hermana, porque luchamos por una sociedad más justa, en la cual todos y todas tengan su espacio de crecimiento, de realización, y de felicidad.

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