El Centro de Adultos Mayores “Mami Adri”, de San Pedro de Jujuy, dependiente de la Dirección de Adultos Mayores, de la Secretaria de niñez, adolescencia y familia y del Ministerio de Desarrollo Social, decidió participar del Paso Cívico del 25 de mayo. Durante el último encuentro se reflexionó sobre el sentido de nuestra participación en esta celebración de la Patria y de la ciudad en la fecha de su fundación. Con una excelente capacidad de análisis crítico activo el grupo llegó a la conclusión de que no podíamos estar ausentes de este espacio tan significativo para la argentinidad y para los sanpedreños. También se concluyó que nuestro paso tendría que tener el anuncio de que nos sentimos parte de esta comunidad que quiere seguir creciendo, construyendo y proyectándose al futuro y fundamentalmente los Adultos Mayores hicieron suyas las palabras del gran poeta Uruguayo Benedeti, palabras que rezan lo siguiente:
“No te rindas, aún estás a tiempo de abrazar la vida y comenzar de nuevo, aceptar tu sombra, liberar el lastre y retomar el vuelo. No te rindas, que la vida es eso, continuar el viaje, perseguir tus sueños, abrir las esclusas, destrabar el tiempo, y destapar el cielo. No te rindas, por favor, no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, y se acalle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tu seno. Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque existe el vino y el amor es cierto, porque no hay herida que no cure el tiempo. Abrir las puertas, quitar los cerrojos, abandonar las murallas que te protegieron, volver a la vida y aceptar el reto. Recuperar la risa, ensayar un canto, bajar la guardia y extender las manos, desplegar las alas e intentar de nuevo, celebrar la vida, remontar los cielos. No te rindas, por favor, no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, y se acalle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tu seno. Porque cada día es un comienzo nuevo, porque ésta es la hora y el mejor momento, porque tienes alas y puedes hacerlo, no te rindas”.
Nuestros adultos mayores son conscientes que están en esta vida para ser felices, y que en su interior llevan una fuerza que los potencia a seguir creciendo constantemente como personas, como grupo, como comunidad y en forma integral, en todas las áreas de su personalidad. Saben que es un derecho de todos y asumen el compromiso de hacerse cargo de ese desafío y lo pregonan en su familia, y toda la sociedad. A esta Patria y a este San Pedro que los vio nacer, crecer, formar sus familias, trabajar, soñar y proyectar sus vidas, le siguen poniendo “el hombro” y le siguen exigiendo que sean casa de todos, que siga ofreciendo oportunidades de desarrollo, principalmente para las jóvenes generaciones, para también para ellos, porque la vida con su cúmulo de avatares, de logros, de utopías, y porque no también de fracasos, les ha significado una maravillosa posibilidad para ser felices, para vivir en plenitud, para compartir con sus seres queridos, y no se resignan, no se rindan a que la vida deje de ser vida por el egoísmo y los intereses de unos pocos que solo viven pensando en sus propios intereses, y no en la construcción de una comunidad organizada.
“No te rindas, aún estás a tiempo de abrazar la vida y comenzar de nuevo, aceptar tu sombra, liberar el lastre y retomar el vuelo. No te rindas, que la vida es eso, continuar el viaje, perseguir tus sueños, abrir las esclusas, destrabar el tiempo, y destapar el cielo. No te rindas, por favor, no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, y se acalle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tu seno. Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque existe el vino y el amor es cierto, porque no hay herida que no cure el tiempo. Abrir las puertas, quitar los cerrojos, abandonar las murallas que te protegieron, volver a la vida y aceptar el reto. Recuperar la risa, ensayar un canto, bajar la guardia y extender las manos, desplegar las alas e intentar de nuevo, celebrar la vida, remontar los cielos. No te rindas, por favor, no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, y se acalle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tu seno. Porque cada día es un comienzo nuevo, porque ésta es la hora y el mejor momento, porque tienes alas y puedes hacerlo, no te rindas”.
Nuestros adultos mayores son conscientes que están en esta vida para ser felices, y que en su interior llevan una fuerza que los potencia a seguir creciendo constantemente como personas, como grupo, como comunidad y en forma integral, en todas las áreas de su personalidad. Saben que es un derecho de todos y asumen el compromiso de hacerse cargo de ese desafío y lo pregonan en su familia, y toda la sociedad. A esta Patria y a este San Pedro que los vio nacer, crecer, formar sus familias, trabajar, soñar y proyectar sus vidas, le siguen poniendo “el hombro” y le siguen exigiendo que sean casa de todos, que siga ofreciendo oportunidades de desarrollo, principalmente para las jóvenes generaciones, para también para ellos, porque la vida con su cúmulo de avatares, de logros, de utopías, y porque no también de fracasos, les ha significado una maravillosa posibilidad para ser felices, para vivir en plenitud, para compartir con sus seres queridos, y no se resignan, no se rindan a que la vida deje de ser vida por el egoísmo y los intereses de unos pocos que solo viven pensando en sus propios intereses, y no en la construcción de una comunidad organizada.
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